QUIERO MONTAR MI BICICLETA

Ya soy ciclista. A mis treinta años de edad me compré mi primera bicicleta pagada de mi bolsillo. No sabía, pero cuando un sujeto de mi edad se hace ciclista muchas cosas pasan. Ya no es nomás subirse a una bicla para pasearse. Ahora tengo que preocuparme por que no me mate un carro. Ahora me da risa recordar que cuando era un mocoso andaba muy campante y descuidado entre carros, en el carril contrario, sin luces, sin frenos y metiéndome por todos lados como una espora mutante con ruedas.

Estoy contento con mi bicicleta, pero también tiene efectos secundarios: preocupación por el ambiente, uso frecuente de huaraches, crecimiento del cabello y vello facial, aumento en el consumo de soya y tofu. Me estoy convirtiendo en un chico granola.

Fotos tomadas por mi roommate Rubén.

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