Pira Pagana: La Hora del Preguntón

No está en YouTube. No está en las imágenes de Google. Sólo se menciona en uno o dos blogs de manera superficial:

La Hora del Preguntón.

Conducida por El Preguntón, Jorge C. Aubert. (¿Cuan Aubert?), conductor también del infame "Risas estrellitas y sonrisas". Para las lectoras que no sean hermosillenses todo esto les parecerá confuso. La Hora del Preguntón y Risas Estrellitas y Sonrisas eran programas de televisión transmitidas en el estado de Sonora durante los años ochentas. LHDP desapareció en los noventas. RE&S todavía sigue en el aire, conducida por otras personas, seguramente por un puñado de niños hiperactivos y algún cabrón o cabrona que debe odiar su vida.

El Preguntón (su nombre me hacía imaginar que era enemigo de Batman, pero sin glamour) era un sujeto con un rostro lleno de mezquindad y odio por los niños que, curiosamente, terminó trabajando exclusivamente en programas infantiles. Ahora que lo recuerdo me parece muy cruel. Es como si a mí me pusieran a trabajar en el programa de Animal Planet "Roachland" o "La hora del jazz blanco". Qué hijos de puta los del canal 12.

LHDP en verdad se llamaba "Lluvia de Cheques: La Hora del Preguntón" (!), porque (me cuentan mis tías) en los inicios del programa el preguntón premiaba a los ganadores con cheques del Banco de México válidos por cantidades nimias. Tal vez por eso el programa comenzó a ser frecuentado por los niños del gueto.

Cuando estaba en secundaria fui por primera vez a LHDP. Tal vez por ahí estaba Luis Lope, quien me confesó que también solía ir a probar suerte. Tal vez sin advertirlo nos sentamos juntos a tratar de ganarnos los premios que ameritaba nuestra pericia al saber el nombre del asesino de Álvaro Obregón (León Toral) o la capital de Turquía (Ankara).

Entrar al estudio del Canal 12 para ser parte de la audiencia-concursantes era humillante y atroz. Uno o dos cabrones autoritarios abrían la puerta por unos segundos y los que podían colarse entraban. Cuando se llenaba el lugar los demás teníamos que volver a casa. Y me refiero a tomar un puto camión a las 3 de la puta tarde desde el puto canal 12 hasta las putas Lomas de Madrid 1, como a 20 kilómetros a 45 grados celsius.

Ya dentro del estudio (aparte de los hospitales fue el primer lugar con aire acondicionado que recuerdo) esto es lo que pasaba: el preguntón solía acercarse (no mucho) a decirnos que nos calláramos hasta que terminara la canción de inicio y que aplaudiéramos sólo cuando él lo indicara. No se veía de buen humor, ni feliz de estar ganándose el pan en un lugar con aire acondicionado.

El Preguntón se sentaba, daba la bienvenida a los televidentes y comenzaba con las preguntas, no sin antes presentar a "la secretaria", quien era siempre una niña de nuestra edad (teníamos entre 10 y 15 años, grandes como para tomar un camión, pero no tan grandes, porque ir al show del preguntón era lame) se encargaba de contestar el teléfono para fiscalizar las respuestas de los concursantes desde casa (en mi casa no había teléfono todavía).

Ah, Gladys. Gladys era una "secretaria" en el show. Era muy bonita. Confieso que dos o tres veces fui al show sólo para verla. Fantaseaba con cruzar la barrera que había entre las gradas y el estudio al final del programa y hablar con ella, pero en realidad nunca tuve nada qué decirle. ¿Gladys? No se llamaba así, ya no me acuerdo. Pero si lees este blog, Gladys, bueno, pues BOOYAKASHA!!!, ya no me interesas y me voy a casar con una mujer más bonita y más cool que tú.

El preguntón era famoso (localmente, claro) por la manera en que arregló un importante problema logístico en su programa. ¿Cómo elegir entre la multitud que levantaba su mano para contestar, al elegido, al privilegiado que aparecería en la tele para hacer orgullosa a su familia al decir la respuesta correcta y ganarse un paletón o una soda?

Fácil: nos llamaba por nombres como "Hey, tú, el camisa rayada... Tú, el lengua peluda... Tú el cara de chango... tú el narices de bola... tú el cara de pendejo..." Bueno, ese último no. Pero yo vi en su cara una especie de placer al decirnos esos apodos... como si de manera velada disfrutara desahogar en nosotros, la niñez pobre de Hermosillo, todo su odio por la humanidad y su vida vacía de celebridad miniatura.

Cuando el programa terminaba se apagaban los reflectores y el Preguntón se iba sin voltear a vernos ni decir una palabra. Hace pocos años llegó a mis manos una joya: un VHS con grabaciones del canal doce en 1984, más o menos. Éstas me dieron una pista para saber qué había pasado con Jorge Caubert, por qué los cúmulos demoniacos de la misantropía le habían amargado la sangre.

En la cinta vi al Preguntón presentando una película "de arte". Daba una reseña-sinopsis de la misma en un tono serio y culturoso. Esa es la clave. Al parecer el Preguntón era una especie de "hombre culto" del Canal 12, como Sergio Romano en Telemax. Cuando el canal se dio cuenta de que la cultura no funciona en Sonora decidieron darle programas para niños porque simplemente no tenían otro lugar dónde poner a nuestro pobre villano de Batman. Por eso.

Hace poco lo vi en el VH fiesta (un supermercado local) comprando cosas inicuas. Me daba ganas de saludarlo y decirle "¿Es usted el Preguntón? HOLY FUCKING SHIT!!! YO IBA A SU PROGRAMA" para que se sintiera bien. Pero decidí que no, porque si, como me imagino, fantaseó alguna vez con matarnos a todos los niños del gueto que íbamos a su programa, pensé que sería mejor no acercarme a alguien que planeó mi muerte, aun indirectamente. Es una como regla que tengo.

Ah, las memorias... Si alguien recuerda algo más sobre el Preguntón por favor, no dude en agregar en su comentario lo que le parezca propio.

Si alguien conoce al Preguntón, dígale que me gustaría entrevistarlo sobre LHDP.

Y también, si alguien recuerda el tema musical del inicio del show, ayúdeme a completarlo.

Yo pregunto y tú contestas...
(¿Si contestas ganarás?)
si no sabes la respuesta
en los libros la hallarás.

CORO:

Pregunta preguntón,
Pregunta preguntón,
tus conocimientos me enriquecerán...

Et caetera.

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