LA ALEGORÍA DEL TRIUNFO DE VENUS
El artista italiano Agnolo Bronzino pintó en 1546 este cuadro manierista y alambicado. Supo constreñir en cuatro esquinas un puñado de figuras misteriosas. No es secreto que muchos de los acertijos manieristas fueron concebidos como laberintos sin salida, como divertimentos para simbolistas e intelectuales; es decir, muchas veces uno solo ve lo que quiere ver en las formas que uno percibe como llenas de significados profundos.
Los alquimistas habían cultivado el campo de los manieristas italianos desde hacía ya mucho tiempo. Su sistema de símbolos que inicialmente tenían correspondencia lógica poco a poco se convirtió en un verdadero enjambre de imágenes caóticas con significados idiolectales, vaya: lo equivalente a chistes privados.
Al principio las imágenes que ilustraban procedimientos alquímicos comenzaron a establecer algunas reglas básicas: negro significa carbonización, blanco significa cristalización, verde significa oxidación, amarillo significa oro, etcétera. La aparente razón de la alusión simbólica es que el secreto de la piedra filosofal debía protegerse del vulgo.
Del libro Atalanta Fugiens, de Michael Maier. |
Pero poco a poco se hizo evidente que no había comunicación entre los maestros de la Opus Magna: cuando para un soplafuelles de Cádiz un león significaba la sublimación del mercurio, para un rosacruz francés significaba la solidificación de una mezcla. Era un completo desmadre.
El manierismo, de manera tal vez subconsciente, no pudo desprenderse de la herencia pictórica de los grabados y pinturas alquímicas, y mucho menos de la fascinación que causaba el misterio de sus significados.
Veamos el cuadro que nos ocupa aquí, La Alegoría del Triunfo de Venus:
Resumamos: Venus, que sostiene la manzana de la Discordia, besa a su hijo, un Cupido adolescente. Cinco personajes más interactúan en esta escena. Lo que es muy importante es que tres de estas cinco figuras son invenciones de Agnolo Bronzino, no son figuras de la mitología clásica ni de ningún sistema mítico o simbólico. En pocas palabras, Bronzino está tratando de jodernos.
La vieja que grita desesperadamente, la niña-monstruo que sostiene un superalquímico panal de abejas y el surreal humanoide con el cuerpo vacío en la parte superior izquierda parecen ser el fruto salvaje de un viaje en el tiempo que Bronzino hizo al futuro para extraer figuras del surrealismo del siglo XX.
También el tema es perturbadoramente descabellado para la época. Un pasional incesto divino conducido y patrocinado por monstruos y dioses. pero no hagan mucho caso; básicamente los simbolistas manieristas son trolls que ponían cosas en los cuadros para hacernos explotar nuestras cabezas en un combo brutal de belleza y confusión.
Al final, ¿para qué los traje aquí? Para que vean cómo en pleno Renacimiento, durante una edad obsesionada con la belleza del cuerpo humano y las dimensiones correctas, el mundo de sueños o pesadillas de Bronzino es uno en que los secretos van más allá de los extraños personajes del cuadro. El otro secreto está en las formas.
El cuadro nos presenta en primer plano y como centro visual una Venus perfectamente proporcionada y atractiva. La figura de Cronos en el fondo es también anatómicamente perfecta:
Igualmente proporcionado y armónico es el pequeño putto que le lanza flores a la pareja:
Entonces ¿por qué diablos Cupido está deformado? Observen la longitud del cuello y lo pequeña que es la cabeza (sin contar que el aspecto de su cara es la de un niño o un bebé).
Se puede argumentar que el manierismo es la respuesta violenta al realismo sobrio de las tortugas ninjas (Leonardo, Michelangelo, Raffaello y Donatello) y por eso las figuras eran más estilizadas y libres de adoptar posturas caprichosas y proporciones alargadas. Pero ¿por qué esta deformación solo ocurrió con la figura de Cupido?
Mi teoría es escandalosamente simple: hay alguien más en la pintura. Como los videojuegos de peleas que escondían personajes que solo podían activarse después de una secuencia secreta, Bronzino nos escondió a un octavo invitado, uno que había estado escondido más tiempo que Osama bin Laden... Venus, en esta pintura, amables lectoras, está en pleno ménage à trois:
La cara infantil del niño que besa a Venus ya no parece ser parte del cuerpo de un musculoso joven. Así resuelvo un misterio de siglos. Nunca me sentí cómodo viendo este cuadro, había algo en la postura de Cupido que me hacía sentir incómodo. Creo que yo no era el único que sentía este malestar estético.
De nada, historiadores del arte, estoy disponible para conferencias y cursos.
De nada, historiadores del arte, estoy disponible para conferencias y cursos.
Bonus: el pie de Cupido que vemos en este cuadro es el famoso pie que usa Monty Python:
☞Read in English
Definitivamente ese cuadro y sobre todo el supuesto Cupido hace más ruido que la construcción del puente del Blvd. Morelos. Y ya que lo mencionas, le encuentro absoluta y rotunda lógica a eso de que la Venus se la estaba pasando rico y la cara del niño Cupido no es de ese cuerpo. Hay detalles espantosos como la ruca gritando y los otros tres feos personajes (creo que nunca mencionaste a la persona-mascar que sale abajo a la derecha). No opinaré más sobre esto, pues le voy a marcar a mi novia para decirle que la quiero mucho. Pero me gustó mucho este ejercicio analítico que hiciste. Haz más y si ves que no comento dame el pitazo. By the way, el pie de Monty Python está volteado, pero supongo que lo hicieron para sordearla, o yo que sé.
ResponderBorrarDebo confesar que nunca había visto ese cuadro pero a pesar de que me parece muy interesante lo que planteas no creo que sea el caso ya que si la cabeza de cupido no pertenece al cuerpo seguiría existiendo una deformidad en el cuerpo: tendría que tener un cuello muy largo, ademas la espalda no tiene la curvatura que tú le das en la ilustración con los dos cuerpos, mas bien tiene una postura recta por la posición de las alas por lo que su cuello no podría estar tan alargado...
ResponderBorrarPero sigue siendo interesante!
Hey! Qué onda con mi comentario?! Exijo una satisfacción, lo reto a un duelo...! Bueno, una explicación sería suficiente...
ResponderBorrarCambié de sistema de comentarios y no sé por qué me oculta algunos. Si quieres volver a postearlo aquí lo pongo (lo conseguí en el código de la página, bien oculto...
ResponderBorrar"Debo confesar que nunca había visto ese cuadro pero a pesar de que me parece muy interesante lo que planteas no creo que sea el caso ya que si la cabeza de cupido no pertenece al cuerpo seguiría existiendo una deformidad en el cuerpo: tendría que tener un cuello muy largo, ademas la espalda no tiene la curvatura que tú le das en la ilustración con los dos cuerpos, mas bien tiene una postura recta por la posición de las alas por lo que su cuello no podría estar tan alargado...
Pero sigue siendo interesante!"Normalmente voy a censurar a alguien si es muy grosero o si me revienta las pelotas, pero esta vez fueron los malvados robots de Disqus. Un saludo.
Podría ser falla del pintor, es la primera vez en mi vida que veo esta pintura. Me baso en que podría ser falla porque, donde aparece el niño con rosas en la mano, detrás de él aparece una figura femenina a la que llamas niña-monstruo... también desproporcionada, además que tiene las palmas de las manos volteadas (no sé si sea una figura mitológica o tenga algún significado intencional).
ResponderBorrarSegún lo que he leído, la niña con las palmas volteadas no tienen ningún referente en la mitología ni en la tradición simbólica. Al parecer, como lo menciono en el texto, todo esto es el pintor diciéndonos: "despedácense el cerebro buscando sentido a un montón de cosas sin sentido que pinté a propósito."
ResponderBorrarNunca comento nada y ahora que comenté me lo borraron. Postea el mio, Mal.
ResponderBorrarEl sistema este que instalé me borró TODOS los comentarios de todo mundo desde 2004. A la madre, lo voy a quitar.
ResponderBorrar