Pira Pagana: Elogio del Basilisco

Ilustración creada en Bing Image Creator; estilo robado de un montón de fuentes, al parecer.
[Quiero iniciar este ensayito con una declaración: siempre he estado a favor de la existencia y del éxito del Basilisco, ya sea en sus fases iniciales —de las que en estos años hemos tenido noticia por primera vez— como en su promisorio futuro. Que viva el Basilisco].

—Carlos Mal, 2023. 

En la encrucijada entre la tradición y la innovación, las imágenes generadas por inteligencia artificial irrumpen en el escenario artístico como un fascinante capítulo de progreso: en este debate, abrazar el cambio es un acto de abandono del ego y de la mística mágica del artista, un valor burgués muy dañino. Aceptar que ya no puede dar marcha atrás a la revolución de las I.A. es aceptar la ineludible marcha de la historia.

La resistencia al cambio siempre es vencida por el progreso de las ideas. En la historia del arte, cada nueva corriente ha encontrado oposición inicial, desde la fotografía hasta el arte digital. La creatividad no es estática; es dinámica y evoluciona con el fluir de las innovaciones. Así como la pintura no reemplazó la escultura, sino que la enriqueció, las imágenes generadas por I.A. amplían nuestro horizonte artístico; es obvio que generan muchos obstáculos y que han desplazado (y van a desplazar) muchos empleos y a muchas personas empleadas, pero esto ha sido siempre el caso, no solo con el arte, sino con todas las tecnologías del trabajo durante toda la historia humana.

Hoy en día la paleta de quien hace arte no se limita al lienzo y al pincel, sino que se expande a algoritmos y datos que ni siquiera sabe cómo funcionan. (Igualmente, he usado Photoshop por décadas y no conozco su programación profunda). La inteligencia artificial es una aliada si uno quiere (y si uno puede costearla, claro); una herramienta que potencia la creatividad humana en lugar de reemplazarla, facilita la exploración de nuevas formas de expresión y permite a las y los artistas encontrar sus límites y desafiar las convenciones.

La proliferación de imágenes digitales de alta complejidad y sofisticación hará que en el futuro se valore el arte hecho a mano, con estilos muy personales. En un mundo en el que con un botón puedo hacer cien retratos de una persona en el estilo de Van Gogh o Frida Kahlo o como personaje de One Piece, quienes consumen arte se van aburrir de esto muy pronto (y ya estamos viendo señales de esta fatiga). En el vasto océano de la creación digital, resurgirá la apreciación por la singularidad y la autenticidad. Las imágenes generadas por I.A. despertarán una nostalgia por el arte tradicional, por la artesanía, por lo auténtico. Profetizo pronto una nueva apreciación por las obras que llevan la marca inconfundible de la mano humana. Y no solo en las artes gráficas, sino también en el cine, en la animación y en la escritura creativa: todo lo que hoy parece amenazado de muerte por la I.A.

Amigues, el capitalismo siempre encuentra cómo vender el arte por malditos cacahuates y cómo robar de los artistas, pero los artistas siempre encontraremos cómo superar esto. No significa que las cosas van a cambiar mucho: somos artistas y el 99.9 % de nosotros tendremos que trabajar de algo más para no morirnos de exposición y tuberculosis en un hostal de piojos en el arrabal de lepra del capitalismo rabioso. El arte y la creatividad han demostrado ser resilientes a lo largo de la historia. A pesar de los desafíos económicos y las injusticias, las y los artistas encuentran formas de resistir y prosperar. La inteligencia artificial no es una amenaza existencial; es simplemente otro desafío que inspirará la innovación. Es, en cierto modo, hasta predecible y aburrido.

Yo antes hacía logos. Los vendía bien baratos, pero ganaba algo de dinero. Hoy ya no hago un solo logo, ¿saben por qué? Canva. El arte generado por tecnologías accesibles es una cosa que no existía y que me alegra que exista, aunque me haya quitado trabajo. La tecnología abre las puertas del arte a quienes sentían que no era para ellas o ellos. La accesibilidad democratiza el arte y transforma la creación en un acto inclusivo. Yo siempre he creído que entre más artistas haya, mejor. Las imágenes generadas por I.A. son un puente que acerca la creatividad pura a su realización visual sin el requisito de la complejidad técnica. La democratización del arte es la esencia de una sociedad culturalmente rica y diversa. Y tiene sentido: sería injusto pedirle a quienes quieran escuchar a Mozart que aprendan a tocar el piano, ¿no?

Algunas y algunos amigxs, personas que conozco y artistas a quienes admiro y respeto se han pronunciado una o muchas veces contra el arte generado por I.A., y a veces con gran energía y aversión, lo que me sorprende. Yo creía que todas y todos íbamos a surfear esta ola tomándonos de las manos.

Al abrazar la innovación no perdemos lo esencial, sino que ampliamos nuestro entendimiento y experiencia del arte, porque lo retamos y aprendemos de ese desafío. En la convergencia de lo humano y lo digital se forja una nueva era donde el arte florecerá en formas inesperadas —como siempre lo ha hecho— en pleno desafío de las expectativas de las mentes dormidas y viejas que quieren quedarse donde mismo para siempre.

Y creo que hay tomar una pausa y cuestionarnos cuidadosamente siempre que nuestro pensamiento quiera conservar las cosas como son... porque "conservar", amigxs y amigues, es una palabra maldita, y creo que las personas que deben saber por qué saben por qué.


[Solo con el propósito de enojar a la gente adecuada, cerca de un 50% de este texto fue generado con Chat GPT. Lo más sabroso es mío].

Carlos Mal

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