PIRA PAGANA - LA PIRATERÍA

La música se unió por primera vez al comercio cuando algún cantante o músico de la antigüedad aceptó una pieza de pollo o un vaso de licor a cambio de una canción hace quizás miles de años.
Este acto, natural y comprensible, ocasionaría que milenios después una niña de nueve años y una anciana fueran demandadas por miles de dólares por descargar música ilegalmente.

Solemos olvidar que la música, toda ella, es arte. Un arte que, con la arquitectura, es de las pocas bellas artes que hacen en verdad mucho dinero.

Si pensamos en la forma de hacer dinero que tienen los músicos pop —que son los que más dinero ganan— encontramos que hay cuatro principales: la venta de los discos, las regalías, los conciertos y la mercancía onomástica, como camisetas y cuanta basura tapiza los cuartos de los adolescentes.

El problema de la piratería nace a mediados del siglo XX junto al concepto de industria musical. La industria se creó cuando los medios de producción fueron capaces de satisfacer la demanda de más y más canciones y más grupos musicales. Dios, sí que sueno como un rancio marxista.
Pero es cierto; antes del siglo XX la música más popular sólo producía grandes sumas cuando alcanzaba popularidad en las óperas, sainetes, variedades burdelescas y ejecuciones en vivo, o cuando un mecenas mantenía al artista viviendo con holgura. Los músicos populares anteriores a la aparición del pop vivían casi como juglares y prácticamente nadie podía vivir sólo de la música.

Hoy un rapero de 19 años a quien jamás he escuchado en mi vida confiesa a la revista Vibe que su pasatiempo favorito es comprar casas y automóviles costosos. Comparo esto a que artistas como Cervantes o William Blake vivieron en una situación pendulante entre pobreza y la estabilidad, y pienso que algo está sumamente mal.

Y no es que los artistas citados debieran haber sido ricos y opulentos, contratando mayordomos para sus mayordomos, sino que creo firmemente que en nuestras manos está que el artista reciba lo que merezca por su arte. Que no sean pagados como si su música fuera a curar el cáncer o lograr la paz en Medio Oriente. Tenemos, para eso, el poder de la piratería, el poder que se nos quiere quitar.

Hay extensiva propaganda que nos dice que la piratería “afecta a tu artista favorito y hace que se pierdan empleos.” Sí, en efecto, la piratería sí afecta a los cantantes y músicos, pero genera más empleos que los que elimina.

La piratería hace que la industria musical pierda millones de dólares anuales, pero esos millones no se quedan en el limbo de Dante, sino que pasan a las manos de la industria informal. El dinero, como debe ser, circula, no se estanca. “Espera veneno del agua quieta”, dijo William Blake alguna vez.

La llegada del formato de compresión de archivos llamado MP3 pone en nuestras manos la destrucción de la industria musical, y este es el plan: ya está en marcha una reformulación de las ventas de discos: ahora los discos originales tienen “regalos especiales” como videoclips, autógrafos, arte de portada, entre otras cosas que son imposibles de conseguir en la copia ilegal.

Pero vayamos más allá. Digamos que llegamos a un nivel al que nadie tenga que comprar un solo disco para escuchar nuestra música favorita. Ni uno solo. Supongamos que un día un artista famoso vende la cantidad de cero discos.

Entonces éste tendrá que confiar en sus conciertos para hacer dinero. Y los conciertos serán cada vez más creativos e interesantes para atraer el dinero que el artista necesita porque ya se hizo adicto a comprar agua mineral del Everest y esos postres franceses que tienen polvo de oro en el betún.

Supongamos entonces que la industria musical colapsa. Esto sólo traería belleza. Sólo prosperarían los músicos con verdadero talento, los que supieran cómo hacer dinero tocando y cantando en vivo.

La competencia sería más justa y engendraría calidad. Los cantantes que realmente tengan algo qué decir o una sensación qué transmitir serían los únicos válidos. Jamás tendríamos que oír de nuevo a Britney Spears. Porque si no se genera desesperación, un hermoso caos, la industria musical seguirá donde está, hipnotizándonos con la misma música idiota.

Me gusta pensar en un apocalipsis del pop. Las tiendas de discos cierran para dar lugar a cafés con música viva. Moby cobrando dos dólares por tocar en vivo en una discoteca. Pósters de nuestros cantantes favoritos pintados a mano o con fotografías originales. R.E.M. y Metallica siendo nuestros vecinos en casas suburbanas. Aún habría la posibilidad de que fueran ricos, pero no mugrosamente ricos.

En este tiempo en que nadie cree en las revoluciones —porque en realidad no son posibles ya— podemos hacer que millones y millones de dólares injustamente distribuidos en músicos sin talento vuelvan a la fuente, con un resultado feliz y grandioso, simple y sencillamente dándonos el lujo de portarnos un poquito mal.

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Comentarios

  1. Mira al bueno de Trent Reznor... Distribuye discos completos por la internerd... gratis, bajo licencias creative commons, e incluso las pistas separadas para que tú armes el tema a tu gusto...

    Eso se agradece siempre y tu sabes que le devolverás la mano, porque el tipo se la juega por ti, por agradarte y adularte el oido.

    ...Por eso ya tengo la entrada en la mano, para cuando llegue a Chile en Octubre... Y lo veré con mi camiseta pirata de NIN je je je

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  2. Por dios, ¡es sonido!. La música es de todos. Todo lo demás es avaricia, me da risa que gente como Metallica se queje (o que se hayan quejado) de la piratería y se hacen las víctimas cuando ellos son los primeros que estan forrados en billete, eso habla un poco del daño cerebral que le puede hacer el dinero a algunas personas.

    Si, es impresionante que, por ejemplo, un guevón como el nigga se pare en frente de un micrófono y diga "Baby Te Quiero" y gane cantidades inimaginables de dinero y que personas que si están haciendo música más interesante y toda la cosa, no tengan dinero ni para producir bien un disco. Bueno, eso habla de la finalidad de la industria discográfica de la actualidad: idiotizar. Entonces ¿para qué darles dinero?.

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  3. Me gustó mucho tu columna, yo alguna vez escribí un artíuclo detallado de como cojerse a Napster por el culo, me refiero al Napster de hoy, no el que alguna vez fue revolucionario.

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  4. Bueno su comentario Señor, llegué a estas páginas por un post que hiciste de la literatura regionalista. Ahora me veo con que tomas algunos temas parecidos a los que toco yo en mi blog tambien... bueno, que toque alguna vez de hecho.

    Y sobre la música, comparto tus apreciaciones, aunque lo había meditado, no reflexioné mucho en las consecuencias últimas de un colapso, y si pasa aunque sea algo parecido a lo que dices, y ocurra la ley del mas fuerte, y en este caso, el más artístico, sería una bendición para nuestro oidos.

    y me reí mucho con el comentario de la compañera:

    "Si, es impresionante que, por ejemplo, un guevón como el nigga se pare en frente de un micrófono y diga "Baby Te Quiero" y gane cantidades inimaginables de dinero ..."


    Ja ja, que manera de reirme.

    Bueno, saludos y que esteis bien.



    jonathanbeckman.blogspot.com

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  5. Tienes toda la puta razón, la boca llena del semen de la razón; con las palabras de smooth.

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  6. Quienes crean o adquieren capital permanecen como sus propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción, la acumulación de capital es el eje central de la vida económica.

    Musica ??? Por favor, a quien le importa?

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  7. Arkaitse:
    Trent Reznor es un ejemplo (con Radiohead) del futuro de la industria. Cuando escribí esta pira Pagana (y cuando hice el discurso en el cual la basé) no habían ocurrido estas cosas. Se siente muy bien que el tiempo me dé la razón.

    Loocila:
    Metallica dio un grandísimo paso atrás hacia Assholetown cuando mató a Napster. Ya South Park hizo justicia en uno de sus episodios.

    Aún no puedo creer que haya un cantante que se llame Nigga.

    Enricco:
    Tu artículo de cómo cojerse a a Napster lo recuerdo, fue chingón. No sólo los músicos, sino nosotros mismos estamos cambiando y vamos a transformar el mundo de la música comercial.

    Orozco:
    Me agrada que pensemos de manera parecida, me daré una vuelta por tu blog, pero ya!

    No other god:
    De hecho esa frase del semen de la razón la inventé yo, pinchi Smooth no se la saca de la boca.

    Cheve:
    Claro, la música no es negociable, pero sí el trabajo de los músicos. Por eso digo que los conciertos deberían ser la fuente de ingresos de los músicos, y la parafernalia, la de los empresarios que apoyan a los músicos.

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  8. Grandísima columna. Me he visto reflejado en tu opinión. La industria discográfica debe morir y la música (la buena música) debe ser un derecho para cualquier ser humano. La actitud de Metallica no la sabía, y la verdad es que haya perdido muchos puntos para mí (como la caída de un ídolo de un pedestal), pero bueno no se puede esperar mucho más de gente que se nota que están sacando álbumes con el único propósito de lucrarse. El Death Magnetic se lo va a descargar las P.M de los integrantes de Metálica porque lo que soy yo ni lo voy a comprar ni voy a dignarme a escuchar semejante basura de un grupo con actitudes tan retrógradas y opuestas al progreso. Alabar al señor Trent Reznor, una persona que si entiende la música como un arte y se curra cada disco. Por último decir que nunca es tarde para una revolución y ésta tiene que llegar...

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