PIRA PAGANA - EL ESCARABAJO DE DIOS

Hay un pequeño animalito sobre el cual he investigado últimamente, no tanto por mi pasión zoológica, sino porque soy un perdedor sin vida social. Se llama escarabajo bombardero, y es un bichito no más grande que la uña de mi dedo pulgar. Yo pensé que era un escarabajo europeo, oriundo y exclusivo de las islas británicas, pero ya he averiguado que existen varias variedades alrededor del mundo, en Australia, en África e incluso una de ellas se encuentra en los llanos de Chihuahua.

Lo que llama la atención sobre este animalito es que tiene dentro de sus tripas dos compartimentos desiguales e insólitos. Son dos cámaras especiales que contienen el germen de una reacción insospechada: en uno de los receptáculos tiene una hidroquinona, un químico violento, y en el otro tiene agua oxigenada.

Digamos que una tarántula enorme y peluda se acerca a nuestro artrópodo amigo con las aún más peludas intenciones de comérselo. El escarabajo bombardero, activando sus instintos, desborda las compuertas químicas de sus entrañas, las substancias se mezclan y, en un remolino de violencia y fuego, un compuesto muy caliente y corrosivo encuentra salida por el trasero y pone a la tarántula fuera de combate. Oficialmente, señoras y señoras, la tarántula sufrió una quemadura química.

La potencia y magnitud de la reacción en el traserito del escarabajo son comparables a la combustión de los motores de un jet a propulsión. Cabe mencionar que el bichito sale ileso de la infernal operación.

Las particularidades de este insecto lo han puesto en la mira de dos grupos opuestos: los creacionistas y los darvinistas. Todos conocemos las teorías de Darwin sobre la evolución, pero no todos sabíamos que existe una contraparte teórica religiosa que se opone al evolucionismo e intenta, sobre bases lógicas, explicar el mundo configurado por la tradición bíblica: como ejemplo, menciono que los creacionistas creen que la edad de el mundo es sólo un puñado de milenios.

Los creacionistas consideran que sólo Dios pudo haber puesto espontáneamente los peligrosos químicos dentro del cuerpo del escarabajo, y muchos evolucionistas deben admitir que ciertamente, es improbable que la evolución hubiera puesto juntos dos químicos tan violentos dentro de un organismo. A menos que la evolución sea una fuerza satánica que nos quiere destruir, como el demiurgo idiota de los gnósticos. Y los darvinistas creen en muchas cosas, menos en eso.

Este minúsculo animal ha seccionado el mundo de la razón. Su insignificancia, su nimiedad hacen que cobren sentido las palabras del gordo Blake: “ver el mundo en un grano de arena”. Yo cuando me pongo a pensar en darvinismo y creacionismo siento una náusea. Se me cae a pedazos la razón. De veras, escribir sobre insectos es tocar fondo. Que alguien me invite a cenar.




Comentarios

  1. Chingonsísima Pira, no había tenido la suerte de leerla antes... pero en verdad está de calibre "shshshs no mames-a-la-eergus" mi buen Carlos.
    Será porque apeló a mi lado entomólogo aficionado /geek/ pseudocientífico o porque yo también agarro el viaje filosófico viendo coleópteros. De hecho ayer, viendo los june bugs (desconozco el término castizo o el nombre real de esos escarabajitos cafés lentos y pesados que se quedan pegados en las paredes) no te invito a cenar porque soy pobre y de familia numerosa.

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  2. ... ah pues, de hecho ayer me viajé con esos bichos.

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  3. René:
    No sabía que había en ti un lado geek-entomológico, pero la neta, no me sorprende para nada :)

    Y la cena, pues, puedo esperar a que seas inmoralmente rico. O nos echaremos unos frijoles en La Capilla, cuando seamos viejos.

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