PIRA PAGANA - CIENCIA Y ARTE


Paul Zaloom, "Beakman".
Hay una pequeña paradoja que tiene que ver con el significado de las palabras “ciencia” y “arte”. Primeramente, notemos que el arte es considerado una actividad etérea e intangible que tiene que ver con el mundo mágico e inexistente de la imaginación. En segundo lugar, la ciencia se conoce como la sistematización ruda y verificable de lo que vemos y nos rodea.

La paradoja radica en el origen de estos dos términos: “ciencia” proviene de una palabra griega que significa “conocimiento”, mientras “arte” proviene de otra palabra griega que significa “técnica”. Es decir, en su origen etimológico, la ciencia se refiere al conocimiento en general, no solo al conocimiento de lo que podemos medir, y arte se refiere no sólo a lo que imaginamos, sino también a lo que hacemos siguiendo un método riguroso.

Aquí hay un problema, porque los artistas creemos que los científicos son autómatas sin sentimientos y sin imaginación, seres incapaces de comprender la importancia del arte en la civilización, mientras los científicos piensan que los artistas somos mariguanos que pierden el tiempo con intuiciones que nada tienen que ver con el mundo real.

Y tal vez ambas cosas sean ciertas, pero toda la culpa de estas opiniones viene de la separación tajante e injusta entre ciencia y arte. El visionario científico árabe-español Averroes que vivió en el siglo X proponía que “hay dos verdades: una científicamente comprobada y otra teológicamente revelada” y toda su obra se dedica a conciliar dos formas de pensar que comenzaban a separarse sin remedio: la religión y la ciencia.

Y es que la ciencia, en su búsqueda de evidencias, confía básicamente en la observación de fenómenos. Pero esa observación ha sido posible —por lo menos en la antigüedad— con el uso del único instrumento de observación con el que nacemos: nuestros sentidos. Y nunca a nadie se nos ha aparecido la fe, el alma o el paraíso en carne y hueso.

Lo mismo que pasa con la religión pasa con el arte. Aun cuando ambas tengan sus referentes en la realidad —porque la realidad es inevitable— sus resultados son inciertos. Y desde los primeros avances tecnológicos de la civilización se comenzó a separar lo útil inmediato de lo aparentemente inútil. Al arte se le comenzó a asociar con lo bello y a la ciencia con lo aplicable. Pero es injusto pensar que el arte es sólo una cara bonita, una rubia estúpida.

Durante larguísimos siglos, cuando los conocimientos científicos ni siquiera soñaban con ser agrupados en un único sistema racional, todos ellos se agruparon bajo una serie de doctrinas dispares y casi ininteligibles que llevaban el nombre de alquimia. Para los alquimistas esta disciplina era a la vez “arte y filosofía” y aunque sus métodos eran científicos (pretendían transformar el plomo en oro con procedimientos de laboratorio) su meta era espiritual, pues este “oro” no era metálico, sino un “oro espiritual” —llamado “piedra filosofal”—que consiste en la revelación de la parte divina en el ser humano a partir de las transformaciones químicas de la materia.

La continua racionalización de la mente occidental —aun cuando la alquimia se encontraba igualmente en China e India— hizo desaparecer la alquimia cuando ésta mostraba no tener resultados tangibles para sus operaciones. Para el siglo XVI la alquimia era un recuerdo. A diferencia del alto arte, que aún conserva y paternalmente aprueba el arte folklórico, la “ciencia folklórica” —la alquimia— fue erradicada por la alta ciencia, la ciencia empírica que subió al trono definitivamente con la llegada de la ciencia moderna.

Cuando los científicos piensan que el arte no ha hecho nada por el mundo olvidan que la ciencia de Descartes y Newton junto al arte de Cervantes y Bach le abrieron la puerta simultáneamente a la edad moderna. Olvidan que a partir del siglo XX la ciencia de Einstein y Heisenberg junto al arte de Picasso y Escher consolidaron la actual condición postmoderna.

Ciencia y arte, conocimiento y técnica proceden de un mismo y único origen, que es la filosofía, es decir, la contemplación de lo que nos rodea, tanto de lo material, lo físico, como de lo que pensamos, sentimos o presentimos. Los primeros filósofos no partían la realidad en dos mitades irreconciliables, sino que entendían la realidad como un todo con características distintas.

Sabiendo que la ciencia es tan útil como el arte y que la teoría de la relatividad contiene tantos símiles y metáforas como un poema de Federico García Lorca, lo que deberíamos hacer es buscar los lazos perdidos en el tiempo, en una guerra santa muy estúpida que pretende mantener la pureza de dos seres que estaban unidos por sangre desde el principio de los tiempos.

Comentarios

  1. Pacheco, me gustó tu pira, si me das chance voy a usarla en una de mis clases de psicología experimental. Saludos.

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  2. Ciencia y Arte el versus eterno.
    El pedo que si me pongo juguetona y las quiero mezclar me da una cruda científica, en fin, bendita sea la Historia que me hace el paro de juntarlas aunque sea tantito.
    Saludos

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  3. el arte ayuda a que la ciencia no sea innecesaria... Saludos.

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  4. está genial tu colección de imágenes, apenas un amigo me pidió que le hiciera un logo para su despacho de abogados y ya chole del buho y de la balanza, muy buenas ideas, a ver si me permite un diseño con laureles torcidos y roqueros.

    Buenas ideas

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  5. Como dijo alguna vez Armando Hoyos:
    Si García Lorca... siente que se ahoga?

    jajaja ya pues... fíjate que siempre me ha molestado un poquitito cómo es que casi a toda actividad le ponen "el arte de.." cuando quieren que parezca más interesante, como en el título de un libro (i.e. "el arte de planchar"), y disculpa mi indiorancia, pero me acabo de enterar de la relación de la palabra con la "técnica." Ahora me molesta un poquito menos.

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  6. Alfonso López Corral
    Alfonso, sería o fue un honor. Dime como te fue en tal clase.

    filthiestpeoplealive
    Siempre se juntan, nomás que nos hacemos pendejos, como si no pasara. Ahí está Escher...

    Tánori
    Muy buena frase, es tuya?

    Undead Pornstar
    Me agrada ser de ayuda, cuando quieras pásale, actualizo la página casi todos los días.

    Charlotte
    HAHAH, pinchi Armando Hoyos, me baja la presión.

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  7. FTW? ¡Beakman! Yay!
    Lo sé, soy un pinche ñoño.

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  8. Papaaaa

    Me gustó el ensayo, polsiblemente nunca te des cuenta que escribí este comentario (me lo encuentro 8 meses después de haberse escrito).
    Pasa lo siguiente con el arte, la filosofía y con la ciencia:

    La ciencia actual se encuentra en una profunda crisis -no se lea como eufemismo- filosófica. Es la filosofía la que ha llevado a la ciencia a la construcción de grandes teoremas, postulados, teorías y leyes cinetíficas. La ciencia actual se encuentra carente de un sistema filosófico que le permita llegar a lo que antes fue su 'época de oro', lo más aproximado en este momento es la 'filosofía de la ciencia'.

    Con el arte versus ciencia, pienso que tienes mucha razón en señalar que la mayoría de la gente que se dedica a la ciencia está limitada en su parte imaginativa, comparada con la tienen los artistas, por ejemplo. Yo aveces miro a los tecnólogos como híbridos de lo que podríamos llamar fusión ciencia-arte; pero otras veces puedo distinguir la enorme grieta que tanto unos -los artistas-, como otros -los que se dedican a la ciencia- tratan de hacer entre ambos campos. Quizás al final sea la filosofía la encargada de unificar a estas dos formas de 'conocimiento' y de 'técnica'.

    Hasta pronto Carlos.

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