LOTE 26: MI PASEO POR EL ARTE en CIUDAD BONDAD (EDITADO)

A mí me gustan el arte y la cultura. Un día lejano de febrero me di una vuelta por Ciudad Bondad, Hermosillo, Sonora, México, y, con plena seguridad de que tenía que ir a ver una exposición de arte, de pintura, o cualquier cosa que elevara mi espíritu a los tejados estelares del empíreo, supe que el Lote 26, un grupo de artistas de la imagen, un puñado de renegados pop y locos del cerebro, tenía montada una exposición en Café Galería.

Mi primer sentimiento fue de odio, celos y rechazo, porque hubo un tiempo distante e idiota en el que yo hubiera querido hacer una exposición en ese mismo lugar, que es un núcleo pequeñito y local, una especie de metonimia del regionalismo artístico que yo quería hollar con mierda; no literalmente, sino con un montaje que se llamara "mierda" y que presentara obras falsas de arte que representaran a aquel muerto Club Chufa que me llega entre los vapores fétidos de la nostalgia. Tomé mi auto zombie y me dirigí a la Galería no sin antes invitar a una querida amiga a que fuera conmigo.

Lo primero que vi es ese tipo de gente que hoy abunda de una manera inédita los sitios de reunión de Hermosillo: jóvenes frescos y rozagantes que son muy cool, muy pop, muy punk, muy rockandrolleros y fashionistas. Yo no entiendo a dónde se va a ir nuestras quejas de que el estado de Sonora es el refugio de la carne asada cuanto está hasta el cuello de estos muchachos vanguardistas y locos que escuchan música indie, tienen cámaras digitales más complejas que el pene de Robocop y leen a Chuck Palahniuk.

Antes que nada vuelvan conmigo en un viaje de fantasía a la primer foto de esta entrada en mi bitácora. Vemos ahí al raro, al orgulloso, único tipo sonorense que ahora que lo perdemos ante la ola pop-gay-cool-punk, empiezo a valorar: el chero cabrón loco grandote con manos de ladrillo y una pinchi guitarra muy matona y muy manierista con la que pone música a letras viriles de puñaladas traperas y cosas de hombres. Estoy siendo traicionado por el fantasma ab ovo del regionalismo que tanto tiempo quise destruir cuando era parte del difunto Club Chufa.

Bien merecido me lo tenía. Todos estos sentimientos me fueron provocados gracias a la sensibilidad óptica de los ojos y los pinceles digitales de Erasmo Acosta, el autor de tal guitarrista autóctono y macho.

Enseguida, vean la foto a la izquierda de este infausto texto: en un despliegue de vanguardia que me hace notar la naturaleza variopinta de esta exposición, vemos las fotografías en las que modela la archiconocida Rosario (artista sonorense que brilla en varias disciplinas) con una esclaera como elemento de desfamiliarización. Brillante. Las fotografías en las que vemos una desgarradora memoria de la niñez destruída son de Mildred Barrios.

Amiguitos: vean conmigo, acompáñenme a esta jornada de amor y alegría por las campiñas verdes de la creatividad: Erasmo Acosta me sorprende con Esta foto que está a la derecha de mi texto: Mirando a través de una ventana, el autor y, en combo, modelo de esta obra, me ofrece la que es, sin duda, mi imagen favorita de toda la exposición. Es sencilla, los colores son decisivos, pero vacilantes en el final. Es un viaje de color por la forma humana, vista desde la perspectiva de un demonio enterrado en el trasero apestoso del infierno en la forma de un infecto gusano de mierda.

Pero la sorpresa de la noche fue la obra de Javier Valdemar, un joven fotógrafo con cara de niña que maneja de manera sorprendente la técnica mixta y las perspectivas extrañas.

El unicornio es un acertijo y un dibujo. hace pensar que el cuerno del unicornio debe tener en verdad una naturaleza genital, como en mi caso, que tengo una orden de bolonia Duby en mis partes pudendas, pero este asexuado caballo que quiere ser unicornio y que no tiene nada que lo delate como no-yegua, habla del deseo. Las nubes en su espalda nos dicen que el caballo, lloricón, no sólo quiere ser macho, sino que quiere ser unicornio y que quiere ser Pegasus. Es este un dibujo sumamente triste, de la autoría de Fugo Medina.

En esta fotografía se puede ver mi desconcierto ante este despliegue de arte experimental y tradicional, de técnicas viejas como los huesos pútridos de Cristobal Colón y nuevas como los escupitajos blancos de los recién nacidos. Letty, mi amiga, también observa, pero con una mirada de desconfianza o como burlándose del reflejo estúpido de mis bigotes indígenas en el acabado lustre de las fotografías. Pero no, porque ella no es racista como los anónimos pendejos que ponen sus comentarios apestosos en mi bello weblog.

Letty miró con especial atención 9, de Mildred Barrios, un fotomontaje estupendo que yo habría querido hacer. De hecho hice uno similar hace algunos años, pero mildred, buena fotógrafa y buena diseñadora, a diferencia de mí, sí logró su cometido.

The Thirteen Jeffs, Mi fotomontaje.
9, El fotomontaje de Mildred.

Este paisaje psico-new-age de Javier Valdemar serviría para decorar la sala de una señora o el cuarto de un mariguano, pero debo reconocer que su mexcla de colores con la parquedad sombría del paisaje y la sombra parca del blanco y negro me parecen una insolencia deliciosa. Valdemar fue, como lo dije antes, una sorpresa muy agradable.

Cerca del final de la exposición llegué a un interesante pilar donde... ESTABA YO!!! Qué suerte de meta-vida es la que llevo, en la que me encuentro con una imagen de mí mismo en la galería que voy a visitar! WHOA!!! Y sí, yo mismo, con mi cara de árabe azteca, con mis labios morados y mi nariz judaizante, ahí estaba, en una serie de fotos recopilatorias de la opera omnia de Mildred Barrios.

Entonces, como en un déja vu, recordé una noche en que se me dio de beber mescalina mezclada con sangre y ajenjo. Debió haber sido esa vez en la que alguien me llevó a tomarme esas fotos en el malvado laboratorio del Lote 26, en las garras impredecibles de Mildred Barrios. Qué miedo me dio. Estaba por salir corriendo cuando me di cuenta de que la misma Mildred Barrios había usado un icono muy querido para mí y le había despojado de la naturalezqa meramente sugerente de su apodo para convertirla en una condición esencial, literal: El buen Loco, René "Loco" estaba, tranformado en, literalmente, un orate en paredes acojinadas...

En una serie de seis fotografías vemos a Lokuzt en el trance poco cool de estar literalmente loco. Las fotos son en verdad poco emotivas porque le quitan al Loco su mejor arma: ¡Sus ojos dementes y tumbados del catre, canal abierto y desembarazado de los fondos cabrones y sucios de su mente enferma!

Aquí, sintiéndome levemente enfermo de la panza, me decidí a salir a tomar el aire puro y fumarme un sucio cigarrillo lleno de alquitrán y los químicos que me entretengo en llamar "los mocos del Diablo". La exposición fue una experiencia como deben ser las ídems: perturbadora. Si no salgo de una galería sintiéndome, mínimamente, enfermo, es que no vale la pena visitarla. Recomiendo a la comunidad lectora que esté pendiente de la obra gráfica de estos muchachos jóvenes y sexualmente activos.

En retrospectiva me regreso y veo los cuadros de Sofia Monroy, y olvidandome por completo de su legado familiar artistico, me dedico a ver su obra sin prejuicios. Sus fotos son las mas anejadas en una experiencia fotografica que no leteme a las oscuridades mas renegridas. Su propuesta es callada y metaforica, es la menos visual, pero la mas, digamos, poetica.

Todos sabemos que las cosas hablan, como si tuvieran bocas providenciales y cargadas de sonidos que nos llegan por otras vias. Su foto "Ilyana", que vemos a nuestra derecha, unas flores oscuras y una cara recortada desde las sombras mas sugerentes nos hablan de una paz entre hocicos, entre flores de muertos, entre vigilia y muerte, entre un montonde cosas de esas que dicen los poetas para ser cool y que estoy repitiendo para los mismos fines...

Por alguna razon muy idiota no tome fotos de la obra de Sofia: esta razon idiota fue meramente casual. En verdad me puse nada mas a tomar fotos a lo pendex y no supe, al final que habia hecho...

Algunas obras del Lote 26 que se encontraban en la exposición, son fácilmente localizables en sus sitios web:

Mildred Barrios:

Sofía Monroy:

Erasmo Acosta:

Javier Valdemar:



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Comentarios

  1. ¿O sea que, a partir del contacto con los mancebos cool, poperos, punks, rockanroleros y fashionistas, volviste a los brazos del poadra Regionalismo que a todos nos alcanza?

    P.D. Está bien. En ese sentido, tal vez sea hora de que pavimenten tu colonia (perdón por el chiste privado).

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  2. fe de erratas: en lugar de "poadra", debe decir "padre". Disculpen las molestias que mi error ocasionó a los lectores.

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  3. Carlos: Tu recorrido en verdad no me fascinó. Ya sabes que en Europa las cosas van en otras direcciones. Sé que me escucho pomposo, y lo siento profundamente, no quiero ser para nada ofensivo. Al contrario. Iré a visitar la galería para darte un comentario convincente. Ya quedamos: en verano nos vamos a Praga y comprenderás por qué digo que esta exposición me resulta algo anticuada. Saludos desde Hermosillo.

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  4. Es encantador leer una reseña de la exposición, fue algo diferente pero que quizas no volveria hacer en mucho tiempo.

    No como justificación, pero si como dato curioso, las fotografias del bello Loko no son autoretratos sino una serie dedicada como homenaje o basada (como quieras verlo) al libro "Ensayo sobre la ceguera" de José Saramago.

    Pero de verdad que aprecio mucho tu comentario.
    Espero algun dia puedas exponer con nosotros, algo asi como lote26 invita a club chufa a crear mierda visual, para los consumidores compulsivos de "arte".

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  5. Y es Retratos no autoretratos xD jajaajaja maldita escuela hace decir muchas pendeja...

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  6. Tragos de amargo licor que no me hacen olvidar, Luis Lope. Que viva Lalo Mora, el cabrón rey de mil coronas...

    Pero tampoco voy a caer en la bohemia falsa y apestosa del Pluma Blanca. Soy un hidalgo.

    Dino Trajeado: Es imposible enojarse uno contigo, por más narcisista que uno sea. Y ya sé que la humilde exposición del Lote 26 es un poco sencilla para las arabescas y brutescas exposiciones de arte-sujeto en Helsinki o las exposiciones de novelas cadáver en Osaka y Tokyo, pero qué le vamops a hacer.

    Saludos, amigo con escamas!

    Mili: Lo de Saramago lo había intuido en el título ceguera blanca, pero no he leído la novela, ¡hihihihi! De hecho no he leído nada de Saramago, y qué vergüenza, estando ya en el doctorado, pero ya sabes lo que dicen de lo de que lo doctor no quita lo pend...

    EJO!!!

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  7. Nunca pensé que me fueras a subir a tu blog. Es divertido verme en él. Te dejo un saludo y un beso.

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  8. Me gusto mas los Thirteen jeffs.

    Que quieres decir con lenguaje afectado?

    mis mas sublimes saludos

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