MI EXAMEN DE MAESTRÍA, parte uno

Este viernes 7 de octubre me senté junto a cuatro colegas con un montón de hojas blancas, galletas de chispas de chocolate y el estómago revuelto a responder las preguntas del examen de maestría de Literaturas Hispánicas, como parte del programa de ídem en la Universidad de Arizona, la meca de los estudiantes sonorenses pobres.

Seis preguntas generalísimas debían generar tres ensayos. Me pasaron un fólder cerrado, como si contuviera el secreto del sacro grial y nos dejaron solos. Mis preguntas eran:

1. Sobre La Celestina: ¿medieval o renacentista?
2. Sobre el Lazarillo y sus antecedentes.
3. Una historia de la novela española desde la Generación del 98.
4. Una comparación de El árbol de la Ciencia con Tiempo de Silencio.
5. ¿Hubo un Renacimiento en España?
6. Sobre el cine español y la identidad nacional.

Elegí las que están en rojo. Yo pensaba que no iba a tardar más de tres horas, pero tardé cinco y media. Fue intenso. Sí. Los nerds que no tenemos emociones reales en la vida creemos que cosas así son intensas.

De hecho no me había sentido tan emocionado y nervioso desde mi primera comunión. Me recuerdo estudiando los padrenuestros, las salve, el credo, el yo pecador... Y sabía que cuando terminara la experiencia sería un hombre nuevo. Cuando salí de la iglesia y fui a mi casa me sentía santificado y limpio. Estoy seguro que sentiré lo mismo, o algo muy similar si termino todo con bien este viernes 14, cuando estaré en la misma mesa con las mismas plumas y el mismo dolor de estómago. De aquí a la maestría, Carlospacheco... no a la maestría abstracta que uno "estudia", sino a la maestría tangible, un papel con un título académico.

Ah, y puse el cuadro de William Blake porque creo que es chingón.

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