HORAS DE JUNIO 2005, COBERTURA DE CARLOS MAL

Horas de Junio es un encuentro anual de escritores organizado por Raúl Acevedo Savín, sus camaradas y algunas otra organizaciones. Me han invitado ya cuatro años seguidos y este 2005 iba a realizarse (y se realizó) la décima repetición de esta cumbre de literatura. Por supuesto, el periodista gonzo que llevo enterrado dentro como si me lo hubieran metido por el chulo, no resistió la oportunidad de reportear.

Iba yo a Horas de junio cuando me dije a mí mismo que si me muero y me hago famoso Javier Bardem debería hacer el papel de mí en una película.

El evento empezaría a las 8 en punto, según los mal distribuidos programas de mano. Por supuesto no fue así. Estaban poniendo los letreros del Encuentro a las 8 y feria.

Un sujeto que estaba pegando cosas a las paredes dijo, nervioso: "Al cabo que estamos entre colegas, entre amigos" y según esto, eso disculparía la falta de organización. Aunque, qué le hago, yo no estaba ansioso porque empezara el encuentro ni me agüité porque empezó tarde. Sólo hago bulla por fidiota.

"Decían que iban a empezar a las ocho y empezó a las nueve: BOOO, BOOHOOO!!! Qué tristeza! Estoy llorando!" Por favor.

Al final les dio flojera y no pegaron las letras de unicel que decían: "Encuentro Internacional de Escritores, Hermosillo, Sonora, México, Homenaje a Alicia Muñoz..." La primera mesa de este encuentro incluyó a mi novia y a la nena de Evanescence. Liliana, en serio, fue la mejor de la mesa, aunque nadie crea en mi objetividad.

Emocionados y conmovidos, las personas que fueron a Horas de junio disfrutaron y sufrieron. En verdad creo que son heroicos: yo prefiero ver Duro de matar III que ir a un lugar a oír poesía. Conté: cada 10 minutos de tres a cuatro personas se quedaban dormidas. Nunca había más de cuatro personas dormidas. Se despertaba una y se dormía otra, como si hubiera un nivel permisible de sueño que se repatía por todo el auditorio alternadamente.

Capté a mi amigo Luis Lope emocionado y eufórico mientras los poetas destilaban numen. Al fondo Rosario, a quien suelo capturar oblicuamente en fotografías.

Se me olvidaba. Creo que este es Miguel López "El puchunguis" o algo parecido. Si no es Miguel López háganmelo saber, me estoy basando en mi mala memoria y en el programa que publiqué en este weblog. El punto es que, después de un cuento predecible sobre incesto y una autobiografía insulsa sobre cómo es bien culto y bohemio y cursi, este señor mandó a que todos los poetas chingáramos a nuestras madres. Bueno, más bien, sin fundamentos reales, cree que la poesía es mala. Bueno, sí tiene fundamentos: no le entiende. Su frase sabia para que los poetas nos pongamos más a su nivel es: "no mamen, pinchis poetas." Y sí es cierto, hay muchos poetas muy "mamones", pero yo no, ¡hi hi hi hi!

Me dieron el glorioso puesto de moderador. Tenía la atención de todos porque soy muy loco ególatra.

Luis Lope en la mesa de los freaks. Bueno del freak. Bueno, del Igor, loco local.

—¡¡¡IGOOOOOOR!!!

—¿Sí, amo?

Asustado. Muy muy asustado. Horas de junio da la oportunidad de sentirme bien acerca de mi poesía, por simple contraste. A lo mejor no soy César Vallejo, pero sí creo que escribo mejorcito que los cabrones que fueron a HDJ2005. Claro, no mejor que todos, pero sí mejor que algunos. Ya sé que esto no es carrera de caballos, pero qué decir: me asusté, pero mi ego creció y me sentí mejor poeta.

El público entusiasta de Horas de junio 2005. Promedio de personas que visitaban las mesas: alrededor de cincuenta. Decidí irme. Ya no volví sino para leer mis poemas. Lope y yo vimos a Y****** una vez más y metí la pata durante la lectura de mis poemas y todos se rieron de mí. Fue una buena experiencia y espero volver el año entrante.

Los demás se fueron a Guaymas a seguirle, pues el último día de Horas de junio fue en dicha ciudad portuaria. Si alguno de mis cinco lectores tiene fotos más fotos del evento, súbanlas a sus blogs o sitios y podemos linkearnos y crear una red informativa sobre... PUAJ... qué flojera.

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