PIRA PAGANA: EL LIBRO DE JOB
De acuerdo con el libro de Job, ¿por qué sufren las personas justas?
"Porque Dios es Dios y cállate el hocico, humanidad". En serio, por eso. Básicamente, el libro de Job dice que no se le pueden reprochar cosas a Dios. Él mismo dice: "¿Me condenarás a mí, para justificarte a ti? (Job, 40:8). Esto lo hace no sin antes haberse burlado de nuestra mariconería en una larga tirada inexorable, con joyas abusivas como: "Dónde estabas cuando creé el mundo?... Ah, sí, ya me acordé. EN NINGUNA PARTE, pendejo". (Job 38:4, parafraseado). Dios es medio cabrón en Job. Sin lugar a dudas, mi libro favorito de la Biblia.
(Carlos Mal en un foro de preguntas).
Incepción
El libro de Job fue escrito en la India hace milenios; probablemente era una fábula prebrahamánica (debe existir ese término, brahamánico y prebrahamánico, ¿no?). Como el Cristo gnóstico de las teorías de los hippies apestosos, el libro que nos ocupa de mudó lentamente del Oriente entero al Oriente Medio cerca de los años de la diáspora egipcia o babilonia de los hebreos; bueno, quién lleva la cuenta de las diásporas: yo no.
¿Por qué los hebreos incluyeron este cuentito indio al cuerpo de su texto más sacro? Lo más probable es que haya sido por su carácter formativo. La técnica del diálogo es efectivísima para establecer un preámbulo retórico que elimina lo tedioso que es un sermón teórico. Quien lee aprende por sentirse como un testigo de una conversación. Es el método de Platón y de toda la jodida Edad Media.
El libro de Satanás.
Satanás aparece en Job por primera vez de una forma concreta no como una serpiente de alegoría o un espíritu diluido en vaguedad. En Job Satanás aparece como un ángel del séquito divino que se pasea frente a Dios y por todo el mundo con la mano en la cintura. Este Diablo no es diablo ni el Príncipe de las Tinieblas, ni el ángel caído; es el Satán primitivo de los hebreos: un ángel que se pone en el camino de la rectitud para probar a los siervos de Yahvéh. Es una herramienta de Dios, un ángel como el de la Muerte, como el de la Revelación y como el de la Guerra.
Me entretengo imaginando un mundo paralelo al nuestro en el cual el Arcángel Miguel, el guerrero, se convierte en el Diablo de toda una civilización en lugar de Luzbel. Este monumento a San Miguel en París sería mucho más heavy metal en dicho mundo:
Justicia divina
Satán es fascinante en Job; tienta al Creador y tiene éxito en provocarle una crisis. Como si de un par de mozalbetes inmaduros se tratara, Satán y Yahvéh apuestan sobre la fe de un hombre contra la pérdida trágica de todo lo que este amaba. Estos rarísimos eventos contradicen nuestra idea de un Dios omnisciente y bueno; es cierto que el sufrimiento de Job hace eco en el de todos los inocentes que mueren sin razón y se refleja en los pobres del mundo, quienes a pesar de la honestidad y del trabajo duro no pueden salir del remolino de la miseria. También es cierto que la tenacidad de Job es admirable: se niega a maldecir a Dios a pesar de sus pérdidas.
Pero tampoco es pendejo el buen Job. Si bien no maldice a Dios sí se cuestiona: "¿Qué he hecho mal para merecer esto?". Job y sus amigos degradados, Elifaz, Bildad y Zofar, tienen la teoría de que Job hizo algo que hizo enojar a Yahvéh. Este es un error que es en verdad el centro de significado de todo el libro, y al final, se ha convertido en el centro espiritual de toda mi vida, centro que he convertido en una frase recurrente que no dudo en usar en toda ocasión, y quienes me conocen me han escuchado decirla:
La voz de Dios
Cuando digo que Dios es injusto lo digo como alguien que ha leído el Libro de Job, no como alguien que se enoja con sus papás porque no lo dejaron ir al baile, da un portazo y se pone a llorar boca abajo en la cama.
Después de las lamentaciones de Job y de la teología exprés que sus amigos y él hacen en la calle, Dios dice hasta aquí y dice "hasta aquí". Y comienza, cerca del capítulo 38, mi parte favorita de la Biblia: Yahvéh, encabronado, nos dice que nos dejemos de chingaderas: "¿Quién me ha dado a Mí algo para que Yo le restituya?" Dios se compara con el Leviatán y el Behemot, dos bestias indomables (que algunos quieren comparar con un cocodrilo y con un hipopótamo, respectivamente; las dos fieras más letales de África). Nos pregunta, sardónico, si estuvimos ahí cuando inventó las gotas de rocío y el atardecer.
YHVH no es un Dios de ciencia y razón. El Dios que le dictó las leyes del Pentateuco a Moisés y a los hebreos nómadas era el astuto y metódico Satanás, según Blake, los gnósticos y según yo mismo, Carlos Mal. Dios Yahvéh, el absurdísimo, hiperloco Dios de la Creación, el arquitecto del Big Bang y el que habló con Job, es como uno de esos dictadores haitianos del siglo XIX: es enorme, poderoso y demente como un chango en llamas con alacranes de vidrio roto en las venas.
Y por eso, niños, le pasan cosas malas a la gente buena. Porque dice Dios que te calles. Ni siquiera es necesario obedecer a Dios, ni temerlo ni respetarlo. No hay créditos, bonus, cupones para con Él. Bueno, al menos así fue hasta que un carpintero nació en un pueblo remoto en un desierto miserable.
Más que un avatar de Dios-Yahvéh, este profeta en huaraches, este Yoshua, alias Jesús "el Cristo" bin Yusuf, parecería un anti-Yahvéh. Un Satán-Prometeo sacado de todos los libros de Oriente y vertido en la ensalada insípida del último helenismo, para revivirlo... Pero esto es para mi próximo texto, el cual tendrá el título chingonsísimo de "Pira Pagana: Jesucristo".
El libro de Job fue escrito en la India hace milenios; probablemente era una fábula prebrahamánica (debe existir ese término, brahamánico y prebrahamánico, ¿no?). Como el Cristo gnóstico de las teorías de los hippies apestosos, el libro que nos ocupa de mudó lentamente del Oriente entero al Oriente Medio cerca de los años de la diáspora egipcia o babilonia de los hebreos; bueno, quién lleva la cuenta de las diásporas: yo no.
¿Por qué los hebreos incluyeron este cuentito indio al cuerpo de su texto más sacro? Lo más probable es que haya sido por su carácter formativo. La técnica del diálogo es efectivísima para establecer un preámbulo retórico que elimina lo tedioso que es un sermón teórico. Quien lee aprende por sentirse como un testigo de una conversación. Es el método de Platón y de toda la jodida Edad Media.
El libro de Satanás.
Satanás aparece en Job por primera vez de una forma concreta no como una serpiente de alegoría o un espíritu diluido en vaguedad. En Job Satanás aparece como un ángel del séquito divino que se pasea frente a Dios y por todo el mundo con la mano en la cintura. Este Diablo no es diablo ni el Príncipe de las Tinieblas, ni el ángel caído; es el Satán primitivo de los hebreos: un ángel que se pone en el camino de la rectitud para probar a los siervos de Yahvéh. Es una herramienta de Dios, un ángel como el de la Muerte, como el de la Revelación y como el de la Guerra.
Me entretengo imaginando un mundo paralelo al nuestro en el cual el Arcángel Miguel, el guerrero, se convierte en el Diablo de toda una civilización en lugar de Luzbel. Este monumento a San Miguel en París sería mucho más heavy metal en dicho mundo:
Justicia divina
Satán es fascinante en Job; tienta al Creador y tiene éxito en provocarle una crisis. Como si de un par de mozalbetes inmaduros se tratara, Satán y Yahvéh apuestan sobre la fe de un hombre contra la pérdida trágica de todo lo que este amaba. Estos rarísimos eventos contradicen nuestra idea de un Dios omnisciente y bueno; es cierto que el sufrimiento de Job hace eco en el de todos los inocentes que mueren sin razón y se refleja en los pobres del mundo, quienes a pesar de la honestidad y del trabajo duro no pueden salir del remolino de la miseria. También es cierto que la tenacidad de Job es admirable: se niega a maldecir a Dios a pesar de sus pérdidas.
Pero tampoco es pendejo el buen Job. Si bien no maldice a Dios sí se cuestiona: "¿Qué he hecho mal para merecer esto?". Job y sus amigos degradados, Elifaz, Bildad y Zofar, tienen la teoría de que Job hizo algo que hizo enojar a Yahvéh. Este es un error que es en verdad el centro de significado de todo el libro, y al final, se ha convertido en el centro espiritual de toda mi vida, centro que he convertido en una frase recurrente que no dudo en usar en toda ocasión, y quienes me conocen me han escuchado decirla:
"Qué injusto es Dios".
La voz de Dios
Cuando digo que Dios es injusto lo digo como alguien que ha leído el Libro de Job, no como alguien que se enoja con sus papás porque no lo dejaron ir al baile, da un portazo y se pone a llorar boca abajo en la cama.
Después de las lamentaciones de Job y de la teología exprés que sus amigos y él hacen en la calle, Dios dice hasta aquí y dice "hasta aquí". Y comienza, cerca del capítulo 38, mi parte favorita de la Biblia: Yahvéh, encabronado, nos dice que nos dejemos de chingaderas: "¿Quién me ha dado a Mí algo para que Yo le restituya?" Dios se compara con el Leviatán y el Behemot, dos bestias indomables (que algunos quieren comparar con un cocodrilo y con un hipopótamo, respectivamente; las dos fieras más letales de África). Nos pregunta, sardónico, si estuvimos ahí cuando inventó las gotas de rocío y el atardecer.
YHVH no es un Dios de ciencia y razón. El Dios que le dictó las leyes del Pentateuco a Moisés y a los hebreos nómadas era el astuto y metódico Satanás, según Blake, los gnósticos y según yo mismo, Carlos Mal. Dios Yahvéh, el absurdísimo, hiperloco Dios de la Creación, el arquitecto del Big Bang y el que habló con Job, es como uno de esos dictadores haitianos del siglo XIX: es enorme, poderoso y demente como un chango en llamas con alacranes de vidrio roto en las venas.
Y por eso, niños, le pasan cosas malas a la gente buena. Porque dice Dios que te calles. Ni siquiera es necesario obedecer a Dios, ni temerlo ni respetarlo. No hay créditos, bonus, cupones para con Él. Bueno, al menos así fue hasta que un carpintero nació en un pueblo remoto en un desierto miserable.
Más que un avatar de Dios-Yahvéh, este profeta en huaraches, este Yoshua, alias Jesús "el Cristo" bin Yusuf, parecería un anti-Yahvéh. Un Satán-Prometeo sacado de todos los libros de Oriente y vertido en la ensalada insípida del último helenismo, para revivirlo... Pero esto es para mi próximo texto, el cual tendrá el título chingonsísimo de "Pira Pagana: Jesucristo".
MINICOROLARIO:
Los rollos del Mar Muerto le dan este final al Libro de Job:
...Él es el rey de los reptiles... Job contestó y le dijo a Dios: "Sé qué tú todo lo puedes y no te falta poder ni sabiduría. He hablado una vez y no lo negaré; hablé por segunda vez y no diré mas. Escucha entonces: Yo te cuestiono y tú me contestas. Te conocía sólo por mención y ahora te he visto. Por esto me deshago y me convierto en nada, en polvo y en cenizas.
Jaja, cabrón deberías de sacar una versión accesible y destilada de la biblia para personas poco espirituales que fácilmente pierdan la concentración, con acoataciones como "y Yahvéh, encabronado, respondió" (me cagué de risa cuando leí eso); y acompañado de metáforas chingonas que involucren robots o aludan a pelíclas de Hollywood.
ResponderBorrarA mí en lo personal nunca me gustó el primer testamento (al menos lo que he leído o he escuchado). Ahora que lo medio leí hace poco, se me hizo una literatura muy rica, pero despótica, que busca imponer como divinidad perfecta una ideología completamente antropomórfica, absurda, llena de erores y de contradicciones. Mas aún así respeto a quienes creen en la primera parte.
Concuerdo en que el viejo testamento muestra a un Dios totalitario y completamente mamon, pero aun asi es mucho mas interesante que el nuevo testamento donde todos aman a todos y solo se habla de Chuyin y su banda, solo se muestran pasajes con enseñanzas light ademas de que no hay matanzas ni inundaciones ridiculas
ResponderBorrarFalso Profeta:
ResponderBorrarNo sólo me encantaría escribir esa Biblia que dices, sino que ha estado entre mis proyectos personales desde que, en una vieja novela, hice que fuera el proyecto de uno de mis personajes. En dicha novela, el susodicho personaje muestra un capítulo de su Biblia, en el cual el suceso de Cristo expulsando a los mercaderes del Templo es reinterpretado con kung fu a lo Kill Bill.
Weboneitor:
Se les olvida el Apocalipsis, en el cual regresa la locura y arbitrariedad del Dios del Viejo Testamento. ;)
Pues básicamente el libro de Job enseñaria que Dios es irracional , no es comprensible al hombre y justo por eso no lo podemos cuestinonar creo yo, ya decia Descartes "Si los triángulos pensaran creerian en un Diostriangular" y eso hacemos nosotros y aqui dice Dios pues noo o algo por el estilo no?
ResponderBorraroiga y podria explicar usted porque Dios creo la humanidad según el génesis no me diga por aburrimiento o soledad que más o menos eso he entendido y se me ahce muuy humano
Me cae bien ese Dios malacopa y tirànico que te regaña como tu papà -yo te dì la vida y asi me pagas canijo-. Y echale ganas, te hace falta interpretarnos todo el libro.
ResponderBorrarEn la materia de Textos Lietarios I existe un apartado dedicado a la literatura hebrea y se habla del Libro de Job. Utilizaré este texto como lectura adicional a la clase... te guste o no, jejeje.
ResponderBorrarPD: Me pregunto qué opina Luis de este texto.
Timur:
ResponderBorrarMe gusta la analogía de los triángulos. El Libro de Job esinteresante por eso. Parece que toda la "personalización" de la deidad que quieren hacer los cristianos se va a pique en Job con ese Dios ajeno y malvado.
Mi opinión sobre por qué creó Dios a la humanidad (y mi opinión sobre la Biblia en general) tiene una tendencia hacia una visión poética de la Escritura. En este caso diría que Dios tuvo una compulsión: es como cuando los organismos unicelulares deciden moverse y reproducirse. Dios es como una ameba en este sentido.
Undead Pornstar:
Me parece chistoso cómo varias personas (aquí y en persona) me han pedido que interprete toda la Biblia. Como lo dije en un comentario anterior, creo que sí es algo que haré en el futuro.
Ángel Orozco:
Sí me gusta, wey, y me siento muy honrado por tal distinción. Yo también me pregunto qué opina el Lope del texto, pero el wey ya no se acopla, se enojó conmigo porque nos agarramos a putazos en el jardín de Letras el año pasado.